Todos somos un cachito de Dios (Brotes de olivo)

Haz que entendamos, Padre del cielo, que todos somos de tu propiedad
y que formamos una gran familia en la que nadie se queda atrás.

Los que son ricos, los que son pobres, quien vive libre y en la prisión.
Los que nacieron, los que murieron, incluso aquél que jamás nació.

Nos damos cuenta que el mundo es bueno, todos hablamos de querernos más.
Pero al final todo queda en familia ¡nos olvidarnos de la humanidad!

Los que a las puertas de las iglesias piden limosnas "por caridad"
no son distintos de los que entran y sí más dignos de poder entrar.

Esta familia que hoy te canta quiere ofrecerse a los demás,
soñar que todos vivamos juntos y hacer que el sueño se haga realidad.

Los niños rubios, mujeres negras, ancianos blancos y de color,
somos tus hijos, tú nuestro Padre y a todos das tu supremo amor.

Todos unidos en las alegrías, en la esperanza y en el dolor,
en el camino y en el destino, siguiendo a Cristo como él nos amó.