Junto a un sagrario pidió al morir ser enterrado. Aún muerto quiso vivir lo que en vida quiso tanto.
Cuanto mi lengua dijera y mi boca proclamó ¡canten ahora mis huesos al sagrario del Señor!
Que cuando pasen los hombres junto a Cristo y a la gente, noten que les han llamado, no pasen indiferentes.
Hay muchos cristos muy solos a los que jamás hablaron, búscalos tú en la vida, no dejadlo abandonado.