Señor, ¡envíanos a tu hijo! (Brotes de olivo)
Los campos están desolados. La luz la tiniebla ha ocultado. El hombre huye de sí mismo. Su alma la ha cargado de egoísmo. ¡Manda al Salvador de Israel! Yo te invoco, Dios de Samuel, Los hembras están angustiadas, las madres están muy cansadas, Los pobres caminan errantes, los ricos de ti tienen hambre; |