Señor, mírame (Brotes de olivo)

Dios espera en el altar, vamos todos hasta él,
llevemos nuestras sonrisas, la inquietud, nuestra hambre y nuestra sed.

Dios, sobre todo, es amor, quiere nuestra salvación,
que juntos nos salvemos para ir de la mano hasta Dios.

Al entrar en la casa de Dios, libre de rencores he de entrar,
llevar el alma tranquila y pensar que al salir más he de amar.

Ése es Cristo, ese es Dios; ése es Cristo, nuestro Dios.

Vengo a tu altar porque tengo sed de ti, porque tu mirar a mi alma da la fe.
Mírame, Señor, no dejes de mirar y mi alma contigo irá, se salvará.