Desde lo hondo (salmo129)
Desde lo hondo a Ti grito, Señor;
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica.
Mi alma espera en el Señor,
mi alma espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor
porque en Él está la salvación.
Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de Ti procede el perdón,
y así infundes respeto.
Mi alma aguarda al Señor
más que el centinela la aurora.
Aguarde Israel al Señor
como el centinela la aurora.
Porque del Señor viene la misericordia
y la redención copiosa;
y Él redimirá a Israel
de todos sus delitos.