La sal y la luz El que me sigue en la vida sal de la tierra será; mas si la sal se adultera los hombres la pisarán. Que sea mi vida la sal, que sea mi vida la luz. Sal que sala, luz que brilla, sal y fuego es Jesús. Sois como la luz del mundo que a la ciudad alumbra. Esta se pone en la senda donde el monte se encumbra. Que brille así vuestra luz ante los hombres del mundo, que palpen las buenas obras de la externo a lo profundo. |